Iniciación al fisting: riesgos y cómo disfrutar de esta práctica tan placentera
El fisting, como sabes, es introducir el puño en el ano de tu pareja sexual para que se lo pase de vicio. Pero, cuidado: no son pocas las situaciones en que esta práctica conlleva un riesgo latente de fisuras anales e infecciones incontroladas a la parte pasiva. Tiene su lógica, y es que, para dilatar un orificio tan estrecho, hace falta maña, voluntad, que disfrutes del dolor y mucho, mucho lubricante.
Ojo al fist fucking porque puede salirte muy caro. Siguiendo estos consejos te ahorrarás más de un momento vergonzante en tu hospital más cercano. ¿Verdad que no es plato de buen gusto acudir a tu médico de urgencias con una fisura, y su consiguiente hemorragia anal, para que te dé unos cuantos puntos? ¡Y en esa zona tan, digamos, delicada!
Prestando atención a estos cuidados, disfrutarás del fisting en su máximo apogeo y esplendor:
1. Ten en cuenta que el fisting es una práctica muy bestia e introducir el puño cerrado en el ano te ocasionará alguna herida seguro. Por este motivo, sé muy minucioso con la higiene, sobre todo en esta zona donde es más que probable que existan restos de suciedad. Elimínalos y disminuirás, de este modo, el riesgo a sufrir futuras y molestas infecciones.
2. Asegúrate de que tu chico, antes de meterte los nudillos, se ha cortado bien las uñas y no porta ningún anillo. Existe un riesgo de que ambos elementos puedan lastimar tus paredes anales y, además, conforman dos focos de infección latente.
3. Utiliza mucho lubricante, sobre todo el compuesto por agua y silicona. Recuerda, no uses aquellos otros con materias oleaginosas ya que son irritantes naturales de tu precioso ano. Además, si tu pareja se enfunda unos guantes de látex, mejor que mejor.
4. Ante todo, siéntete cómodo. Valora la posibilidad de colocarte sobre cojines o almohadones que eleven tu zona pélvica y consigue un efecto hamaca para dejar tu culo en volandas tanto como puedas. Esto te relajará y, sin entrés, todo entra con más facilidad. Olvídate de los relajantes musculares o poppers para hacer fisting.
Ten en cuenta que, cuando te decides a practicar fisting, lo más importante es tu decisión de querer hacerlo. ¡Tenlo claro y a por todas!
