Los gays aprenden a fornicar viendo porno
La encuesta no tiene desperdicio, ¡y cuánta razón! Pone sobre relieve que casi la mitad de los chicos gays aprendieron a fornicar viendo porno y vídeos amateur. Normal, viendo que aún, en la mayoría de los centros de enseñanza de España y muchos paises, no se dice ni mu acerca de educación sexual. Y, si se hace, suele centrarse en cómo hacer que una vagina chorree hasta ser penetrada por un pene erecto. Todo centrado en la heterosexualidad.
Ni una sola palabra de cómo lubricar un ojete, ni de cómo actuar si eres tú el que quiere que le den metralla o biberoncillo. Los annilingus no se contemplan en los libros de “Cono” –si es que todavía existe-; ni los annilingus, ni el fisting, ni la garganta profunda y, por supuesto, tampoco las posturas más placenteras para sentir la pepitilla y correrte como una bestia.
El resultado, según una encuesta respondida por más de 1.000 chicos gays llevada a cabo por la ONG de salud sexual GMFA es que el 41 % de ellos aprendió a dar por culo (y el 34 % a hacer felaciones) gracias a la pornografía.
Fornicar viendo porno
Nadie nace sabiendo. Típico, pero tan real… Y, claro, cuando las hormonas comienzan a entrar en ebullición y aparecen mechones hasta en las palmas de las manos, algo hay que hacer. ¿Y si follamos? El 52 %, continúa el sondeo, asegura que mira porno varias veces a la semana y lo prefiere hacer por las tardes y en el móvil, la mejor franja horaria para visitar CAM4.
¿Por qué? Porque CAM4 es lefa, folladas gays, parejas abiertas, orgías y distendidas charlas con macizos que, después de penetrar y recibir por todo agujero agujereable, atienden a sus fans, una comunidad de mirones, amantes del porno amateur, que crece cada día.
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