Todo lo que necesitas saber sobre el Sexo Anal
El sexo anal (con una compañera femenina, al menos) es un poco como la mermelada (quizás nos hemos pasado con la alegoría visual), porque o bien lo adoran, o bien lo detestan. Retrocederán horrorizadas ante la simple mención de ello – probablemente porque ya habrán tenido una experiencia terrible con alguien que no sabía lo que hacía – o sus ojos se encenderán mientras te cuentan lo genial que es. Efectivamente, estamos generalizando demasiado, pero la cuestión es que no hay un “término medio” en lo que se refiere al sexo anal.
Así que, para que los inexpertos puedan tener unas cuantas referencias, os dejamos con unos cuantos consejos variados.
La clave es recordar que si no te tomas tu tiempo para hacerlo bien, dolerá – y mucho! Y si duele la primera vez, lo más probable es que no haya segundas oportunidades para intentar hacerlo bien.
Por lo tanto, regla número uno – lubricante y más lubricante. El pasaje anal no produce su propio lubricante, así que comprad un bote de buena calidad cada vez que vayáis a intentar el sexo anal. Los productos a base de silicona son los mejores, ya que no se secarán tan deprisa como los que funcionan a base de agua. Evitad la vaselina, es demasiado pegajosa.
Si quieres que tu aventura anal tenga éxito, primero debes asegurarte bien de que tu pareja se encuentre MUY cachonda, así que dedica mucho tiempo a los preliminares antes de ir a por el culo. Un buen masaje, delicadeza, hacerle todas las cosas que le encanten, ésa es la clave. Una vez te encuentres completamente convencido de que está preparada, ve a por ello.
Ahora, la pregunta del condón. Incluso si te encuentras en una relación monógama, te recomendamos usar un condón. Un trasero lleno de semen no es nada divertido, y si el culo de tu chica no está acostumbrado a la presencia de tu pene, las cosas se podrían poner feas. No sólo para ella, sino para ti también.
Finalmente, debes estar preparado para que las cosas sean un poco incómodas la primera vez que lo intentes – físicamente Y psicológicamente. El sexo anal conlleva mucha práctica y no es algo que le guste a todo el mundo. No pasa nada por intentarlo, pero si a tu chica no le gusta, no hay que insistir. Puede ser algo muy invasivo, y lo último que quieres es dañar a tu pareja.