Discoteca gay: ¿quién me da por el culo?
Comprobado. Llega un momento en cualquier noche de discoteca gay donde los chicos pierden la compostura y, en un momento dado, ni cortos ni perezosos, te piden que les folles; que les des por el culo, vamos. Sobre todo los pasivos con furor analino que, a ciertas horas, no lo soportan más. Necesitan el bombeo, la presión de una polla erecta resbalándose por su culo. Si no, terminarán de cruising y le regalarán su ojete a cualquiera con tal de desfogar su ira anal y quedar en paz definitivamente.
Pero… ¿Qué ha sido de los buenos modales, de la caballerosidad y del juego del amor?
Las frases más soeces de una disco gay
Mis amigos y yo le llamamos el lastminute a ese momento en que cierran las discotecas gays y es ya tradicional quedarse un rato hablando afuera, en frente de la puerta del local. Llueva, nieve o haga varios grados bajo cero… Se trata del lastminute y es la última oportunidad de ligar en una noche que, por hache o por be, no haya habido un match en el interior de la discoteca, entre bailes.
Y es ahí, en el lastminute, donde comienzan a desfilar activos y pasivos por delante de ti, contoneándose, ofreciendo la mejor versión de sí mismo para, finalmente, invitarte a su casa con perlas como “fóllame el culo”, “tengo popper y condones”, “quiero tu polla” o, directamente, meterte mano sin ninguna contemplación.
Yo no digo nada, pero prefiero mil veces llegar a casa, enchufarme CAM4 y disfrutar de los mejores chicos gays de internet follándose a saco y corriéndose para mí, antes que acabar con facilones que me lo regalan todo sin apenas cruzar palabra. ¿O no?
